La vocera del régimen sandinista Rosario Murillo confirmó el destierro de otros siete sacerdotes nicaragüenses hacia El Vaticano sin especificar cual fue la razón de la medida represiva.
"Han llegado bien y que han sido recibidos por la Santa Sede", reza el comunicado oficial leído por Murillo en su alocución meridiana a través de medios oficialistas.
Los sacerdotes fueron detenidos a principios de esta semana y enviados al Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima en Managua donde se encontraban cautivos.
A través de una llamada telefónica con el diario La Prensa el Cardenal Leopoldo Brenes dijo no estar al tanto de la situación antes de colgar abruptamente la comunicación.
Los sacerdotes desterrados son Pbro. Jairo Pravia, Fray. Silvio Romero, Mons. Ulises Vega, Mons. Edgard Sacasa, Pbro. Harvin Torrez, Pbro. Marlon Velasquez y el Pbro. Victor Godoy.
Tercer destierro de sacerdotes nicaragüenses
La expulsión de religiosos católicos ha sido un patrón implementado por el régimen sandinista en el último año. En octubre 2023 desterró a 12 sacerdotes que también fueron recibidos por El Vaticano tras un acuerdo entre ambos Estados.
"Este acuerdo logrado con la intercesión de altas autoridades de la Iglesia Católica en Nicaragua y en el Vaticano, representa la voluntad y el compromiso permanentes de encontrar soluciones, en reconocimiento y aliento de tanta fe y esperanza que anima siempre a los creyentes nicaragüenses, que somos la mayoría", expresó el régimen sandinista en ese entonces.
El 14 de enero 2024 se registró la segunda liberación de sacerdotes que también incluyó a los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora junto a una buena parte del clero de la Arquidiócesis de Managua.
En esa lista también figuraron Monseñor Miguel Mántica, Monseñor Silvio Fonseca, Monseñor Pablo Villafranca, Monseñor Ismael Serrano, Monseñor Carlos Avilés, Monseñor Oscar Escoto, padre Jader Guido, Padre Hector Treminio, Padre Jader Hernández, Padre José Gustavo Sandino, Padre Mykel Monterrey, padre Gerardo Rodriguez, padre Raúl Zamora, padre Marcos Díaz y el padre Fernando Calero. En total 17.
Desde el 2018 la Iglesia Católica nicaragüense ha sufrido una escalada represiva del régimen de Daniel Ortega que ha incluido cárcel, persecución, confiscación, cierre de medios de comunicación, destierro y desnacionalización contra sacerdotes, religiosos y laicos.
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