“Toño” es un artesano de cerámica de San Juan de Oriente, que a diario se levanta temprano, toma un sorbo de café, enciende la radio, se pone en pantalones corto y una camisa sin mangas y se dispone a amasar las pelotas de barro. Tiene pensado elaborar unas panas para decorarlas con pintura y ponerla a la venta en un pequeño estante que mantiene en su casa, con la esperanza que “caiga algún turista”.
Así es la realidad que están viviendo la mayoría de los artesanos en Nicaragua este 18 de noviembre cuando se celebra el Día Nacional del Artesano, tratando de sobrevivir, esperando que algún turista nacional o extranjero los visite y les compre sus productos, como es el caso de esta habitante de la cuna de la cerámica precolombina, ubicado en el departamento de Masaya.
San Juan de Oriente se ubica a unos 40 kilómetros de Managua, en donde el 80 por ciento de su población se dedica a la elaboración de piezas de cerámicas de barro, ya sean decorativas o utensilios utilitarios, que son elaboradas por mentes brillantes y manos laboriosas.
Desde hace meses “Toño” asegura que las ventas están caídas, por la falta de turistas extranjeros, especialmente los estadounidenses, que es el mejor mercado para comprar este tipo de cerámica. Esta situación lo mantiene al borde de la desesperación porque muchas veces tiene que vender sus creaciones en precios casi regalado a algunos intermediarios, porque en esta zona se carece de un mercado o políticas locales para publicitar sus productos.
“Con la situación del 2018, las ventas cayeron de viaje porque el pueblo estaba casi desolado, después nos cayó lo de la pandemia y las ventas se mantuvieron bajas, ahora con la inseguridad que hay en Nicaragua, de que la comunidad internacional tiene sancionado al gobierno, los turistas casi no vienen. El Estado de Nicaragua debe de entender que los artesanos nunca nos vamos a levantar si no hay turismo internacional", sentenció.
Otro artesano que trabaja cuero en Monimbó, que prefiere el anonimato, aseguró que los artesanos de cuero, madera, bambú entre otros rubros, están en un proceso de sobrevivencia porque además de la canasta básica, toda la materia prima que utilizan que viene fuera del país, está demasiada cara.
“Los que hacemos muebles de madera, estamos ahogados porque el barniz, la madera, la pintura, entre otros, ahora triplicaron sus costos. Y realmente lo que hacemos es solo ganar para el alimento de nuestras familias, porque en este país no hay la oportunidad de crecer como artesano”, sostuvo el ebanista.
Lamentó que en Nicaragua no se pueda competir con empresas que se dedican a este rubro porque estas tienen la facilidad de exportar, mientras que el artesano local trabaja para el día a día, y a diario busca cómo sobrevivir a la crisis del país.
“Aquí en Monimbó antes vos veías los talleres llenos de trabajadores, porque había facilidad de pagar y las ventas eran muy buenas. Pero ahora por la falta de comercio los talleres se han reducido a un grupo familiar y lo poco que ganas se van en la carestía de la vida como la canasta básica que anda rosando los 18 mil córdobas”, lamentó el artesano monimboseño.
Consultando a un economista nicaragüense, explica que generalmente los artesanos adolecen de varios problemas como apertura de mercado, falta de innovación, poco crecimiento, falta de economía de alianza, entre otros.
“Aparte que la política tributaria está dura para los sectores económicos, esto sumado a que los servicios básicos están altos, como la energía eléctrica y los que ocupan el agua, entonces son factores que juegan en contra de los artesanos. A veces los créditos financieros son secundarios cuando lo que importa es la competitividad en el sentido de tener una mayor tecnificación y calidad en los productos”, subrayó.
Criticó que muchas veces el Estado quiere resolver los problemas a los artesanos por la vía de los créditos, cuando en lo que se debe trabajar es en la calidad y cantidad, además bajar costos a los artesanos, pero también es importante apostar a los desarrollos tecnológicos para después ir a la conquista del mercado.
Comments