Las denuncias por asedio y amenazas en la Diócesis de Jinotega han aumentado. feligreses y sacerdotes han sido advertidos que las prohibiciones a las actividades religiosas, van más allá de los días santos que recién terminaron.
Durante la Semana Mayor, varios sacerdotes fueron amenazados directamente por jefes policiales de este departamento y recién, les hicieron saber que las restricciones se mantenían, especialmente por estos días que la gente recuerda la rebelión de abril de hace cinco años.
Según denuncia de una feligrés que pide hablar bajo anonimato para este reporte, en las parroquias de las montañas un sacerdote anunció una procesión, que creyó podría celebrar por lo alejado a las grandes ciudades. Sorpresa se llevó, cuando se vio rodeado de patrullas policiales, cuando apenas la gente comenzó a reunirse. La actividad se quedó a lo interno del templo y afuera las patrullas montaron vigilancia.
La paranoica actitud de los agentes del régimen llegó al tal grado que en una comunidad sin acceso vehicular, donde apenas asisten unas cincuenta personas a las actividades litúrgicas, los Delegados de la Palabra realizaron una caminata. Apenas finalizaron, llegó un uniformado y los amenazó con llevarlos presos si volvían a hacer actividades fuera de la Ermita.
Varios policías católicos alertaron a los sacerdotes de algunas localidades de que habrían arrestos, si hacían actividades religiosas por estos días de abril.
“Visita de cortesía” a la Diócesis
La investigadora Martha Patricia Molina, que ha registrado agresiones contra la iglesia Católica nicaragüense de parte del régimen Ortega-Murillo, denunció que la policía orteguista mantenía asediada la Catedral San Juan de la ciudad de Jinotega.
La denuncia fue confirmada por un feligrés que manifestó que jefes policiales sandinistas habrían llegado a hablar con monseñor Carlos Enrique Herrera, quien es presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, (CEN).
Estas visitas intimidatorias, ya se habrían realizado durante el mes de marzo cuando el orteguismo prohibió la misa campal del padre Odorico D´Andrea en San Rafael del Norte.
“De qué hablaron en esa visita no se conocen detalles, pero tenemos temor de que se trate de amenazas para que la jerarquía se mantenga silenciada y no denuncie las violaciones a los derechos humanos contra la población”, aseguró un laico.
Alcaldesa orteguista elimina símbolos católicos
Un caso particular como parte de la represión, ocurrió en Santa María de Pantasma, donde históricamente ha habido una bandera de la iglesia católica tanto en la entrada al pueblo, como en las astas de la bandera de la municipalidad.
Como parte de la escalada represiva de la dictadura, la alcaldesa impuesta Carmen Medina, mandó quitar dichas banderas y en su lugar, coloco las de color rojinegra del partido, pese al reclamo de sus mismos simpatizantes que comulgan con la fe católica. “Es un irrespeto a una antigua tradición”, dijo un ciudadano indignado.
La Diócesis de Jinotega aún conserva algunas radios parroquiales para promover la evangelización, pero tienen terminantemente prohibido orar por monseñor Rolando Álvarez o mencionar algo sobre la persecución, según afirmó un feligrés que tiene un espacio en una de las estaciones.
“Tenemos que aparentar que todo está normal y que no está pasando nada, oramos por monseñor Álvarez en silencio para que no nos cierren este pequeño medio”, confirmó otro feligrese bajo anonimato.
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