Experto recomienda más uso de semillas resistentes al clima inestable para evitar perder cosechas
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Experto recomienda más uso de semillas resistentes al clima inestable para evitar perder cosechas



Ningún productor en Nicaragua, ni grande ni pequeño, estaría hablando de pérdidas en sus cosechas debido al clima inestable, si se usaran semillas más resistentes, señala el ingeniero agrónomo, José Patricio Ordóñez, experto consultor en temas agroforestales y silvopastoriles.

Ordóñez explica que ese tipo de semillas resisten al cambio climático o a las temporadas de sequía y lluvias bruscas, además garantizan un buen volumen de cosecha. La recomendación es para cualquiera de los ciclos de cultivo y para zonas donde no ha llovido últimamente, como algunos lugares de Matagalpa.

A su criterio, el campo debería estar haciendo cálculos basados en proyecciones por encima de los 20 millones de quintales de frijoles o de maíz o los más de 20 millones de quintales de café.


“En cambio, lamentablemente, estamos hablando de grandes pérdidas, porque en casi todo el corredor seco no ha llovido y están en riesgo, cerca del 60 por ciento de la siembra de frijoles. Eso significa menos comida, más endeudamiento y menos productividad”, aseguró.



Urge banco comunitario de semillas

El experto dijo que es en estos momentos, en que “salta la importancia de las estrategias productivas del Estado” que tome en cuenta los fenómenos naturales como El Niño y para reducir así, el impacto negativo en la actividad productiva del país. “Recuerde que en este caso, todos somos afectados, se perjudica a Nicaragua entera y por igual”, agregó.


El experto recomendó a los pequeños productores organizarse y crear algo parecido a los bancos comunitarios de semillas.


Precisó que este es un proyecto parecido al que se implementa en la región segoviana con el programa de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, donde no solo se trabaja el tema de semillas, sino también el análisis de los índices de lluvia lo que permite pronosticar el comportamiento climático y así implementar en cada período, la estrategia de siembra.

“La frecuencia de lluvia no ha sido la mejor en lo que va del año y desgraciadamente, la costumbre del sistema de riego por goteo no está generalizada en Nicaragua”, agregó. “Queremos usar agua de los ríos y no los reforestamos pero ni en un pequeño porcentaje, al contrario de eso, lo que hacemos es contaminarlos con aguas mieles del café, desviando las aguas y secándolos, lo cual es ilegal e inhumano”, puntualizó.

La necesaria agua en el campo

Sobre la triste realidad de los cuerpos de agua, el experto, recordó que “las fuentes hídricas, son recursos no renovables, si se secan ya no existen más y si no hacemos nada para conservarlas, simplemente se acabó la vida, la siembra y la comida”.

“Como yo lo veo –agregó– lo primero sería contrarrestar un poco esta situación, utilizando productos que sean resistentes al cambio climático, que sobrevivan a los lugares donde haya sequía, como el corredor seco en la zona de Matagalpa”, recomendó.


Expresó que desde hace varios años, se viene hablando de cosechar agua, incluso en los hogares. “¿Por qué no reforestar las quebradas que van secándose?”, se preguntó. “En las parcelas bien pueden hacer retención de aguas, almacenar agua de lluvia exclusiva para el riego o regar con instrumentos manuales, es decir, usar la imaginación para no quedarnos sin agua”, propuso.


Ya se informa de pérdidas por falta de lluvias

Las regiones de las segovias, Madriz, Matagalpa y Jinotega, representan más de la mitad del total de territorio productivo del país, según estimaciones del ministerio de agropecuario del régimen, pero el sentir de los productores “es que están solos a la hora de implementar estrategias agropecuarias”, señaló el experto.


Doña Estebana Suárez, una pequeña productora de la zona sur de Matagalpa, reveló por ejemplo, que había sembrado cebolla, ajo, apio, lechuga, entre otros vegetales, pero asegura que el clima no la favoreció y perdió la mitad de esta cosecha por falta de lluvia.

“Ni le cuento todo lo que invertí, me pongo a llorar, lo que me queda es vender lo que pueda sacar y pagar algo. Mis hijos me ayudan pero era mi cosecha, para mi es una cuestión de honradez personal”, se lamentó.


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