Mario Lubetkin, Subdirector General y Representante Regional para América Latina y el Caribe de la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO) dijo que tiene que haber una integración de la región para garantizar la seguridad alimentaria en América Latina y El Caribe.
El Organismo asegura que es preocupante las cifras de seguridad alimentaria y costo de dietas saludables en la región, por lo que expresan que para revertir este escenario, los países deben trabajar unidos y diversificar la producción de alimentos, así como mejorar el comercio y fomentar la protección socioambiental.
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El informe Panorama 2022 analiza el costo de las dietas saludables y evidencia los desafíos que tiene la región para mejorar su acceso, y su asociación con el hambre y la malnutrición en todas sus formas, así como políticas de respuesta.
La región registra el costo de la dieta saludable más alto en comparación a otras regiones del mundo, cifra que alcanza los USD $3,89 diarios por persona, mientras que el promedio mundial es de USD $3,54. Como consecuencia, 131 millones de personas no pueden acceder a este tipo de dietas.
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En 2020, a nivel regional un 22% de las personas no pudieron acceder económicamente a una dieta saludable. El 52% de la población del Caribe no tuvo acceso a una dieta saludable debido a su alto costo; en Mesoamérica, la cifra corresponde al 27,8% y en América del Sur al 18,5%.
El informe revela sobre cómo la falta de acceso económico restringe a una dieta saludable y por ende la subalimentación, el retraso del crecimiento y el sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años, la anemia en mujeres entre 15 a 49 años y la obesidad entre la población adulta.
También el aumento de precios internacionales de alimentos experimentado desde 2020, después del inicio del conflicto en Ucrania, y el alza en la inflación alimentaria, han incrementado las dificultades para que las personas puedan acceder a una dieta saludable.
“La inseguridad alimentaria seguirá aumentando por la crisis de los precios de los alimentos y de los combustibles causada por el conflicto en Ucrania y las secuelas de la COVID-19”, dijo Lola Castro, directora regional del WFP.
“Debemos actuar ya, pero ¿cómo podemos hacerlo? Apoyando a los gobiernos a expandir las redes de protección social, para mejorar la asequibilidad a una dieta saludable evitando que crisis como esta golpeen aún más a las poblaciones afectadas”,puntualizó.
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