Un informe del Comité de Protección a Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), reveló que en 2022 América Latina fue la región más mortal para ejercer el periodismo ya que se registraron 30 muertes, de las 67 a nivel mundial.
En comparación con el 2021, las muertes recopiladas por el CPJ representan un aumento del casi 50%.
Jennifer Dunham, subdirectora editorial del CPJ expresó que el "drástico aumento" de muertes en América Latina refleja los enormes riesgos que corren los periodistas al dar cobertura a temas como la delincuencia, corrupción, violencia de pandillas y el medio ambiente.
"Dichas cifras indican una declive abrupta de la libertad de prensa, con el número más alto de periodistas asesinados desde 2018. Cubriendo la política, el crimen y la corrupción, puede ser igualmente o más mortífero que cubriendo una guerra a gran escala", señaló Jodie Ginsber, presidenta del CPJ.
México, el país más mortal
En su informe, el CPJ también manifiesta que México es el peor país para ejercer el periodismo, tan solo en 2022 fueron asesinados 13 comunicadores, de acuerdo a cifras del Comité, entre 1992 y 2022 en el país azteca se han documentado 151 asesinatos en esa nación.
De igual manera, en Haití se reportaron 7 muertes de estas, la policía fue responsable de dos. A raíz del magnicidio contra el presidente Jovenel Moïse en 2021, ese país ha experimentado un alarmante auge en los ataques contra la prensa.
Otros países de latinoamerica donde se registraron muertes son Brasil, Chile y Colombia. De los reporteros fallecidos en esta región, se supo que al menos 12 murieron por el ejercicio de la profesión, mientras, se continúa investigando el motivo de otros 18 casos.
Países no cuentan con políticas de protección
Finalmente, el Comité de Protección encontró que las las leyes estatales y federales que tratan especifícamente sobre la protección de los periodistas, siguen siendo ineficaces en mantener a salvo a los comunicadores o bien los Gobiernos no las cumplen a cabalidad.
"Pocos Gobiernos cuentan con mecanismos para proteger a los periodistas, y los que existen no cumplen con sus expectativas. Los Gobiernos deben proporcionar protección, investigaciones creíbles y justicia. La falta de hacerlo, marca un camino peligroso hacia los agujeros negros y la inseguridad pública"; manifestó
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