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Jesuitas narran lo que vivieron en la confiscación de la residencia donde vivían


El régimen de Daniel Ortega canceló la personería jurídica de la Compañía de Jesús
El régimen de Daniel Ortega canceló la personería jurídica de la Compañía de Jesús

Este es el relato de uno de los sacerdotes jesuitas que vivió en carne propia la confiscación de la residencia Villa Carmen, ubicada a un costado de la Universidad Centroamericana, también robada por el régimen de Daniel Ortega. El texto fue publicado en el portal digital Religión Digital.


El sábado 19 de agosto estábamos celebrando la eucaristía y el almuerzo las dos comunidades presentes en el país en la comunidad San Ignacio (17 jesuitas), pues despedíamos a Alejandro Cardoze, s.j., quien luego de su magisterio partiría para España a sus estudios de Teología.


Al volver a Villa Carmen (P. Everardo, P. Adolfo, Sándor y Herlin) se encontraron con una patrulla de la policía en el portón trasero de la comunidad (única entrada y salida desde la confiscación de la UCA) que entró junto con ellos a nuestra propiedad. Al llegar a la casa se encontraron con alrededor de 15 policías más con uniformes de campaña, encapuchados y con armas de guerra.

El jefe del comando policial preguntó por el P. Rolando Alvarado y el P. Everardo les dijo que no estaba y que no sabían dónde estaba. Trató de explicar al jefe policial que la comunidad era propiedad aparte de la UCA, pero éste les dijo que era propiedad del estado de Nicaragua. Les indicaron que podían entrar a sus cuartos a retirar sus objetos personales acompañados cada uno de dos policías con su armamento de guerra, uno se quedaba en la puerta del cuarto y el otro entraba con el jesuita.


De acuerdo a los Jesuitas más de 15 efectivos estaban en la residencia Villa Carmen, confiscada por el régimen en agosto
De acuerdo a los Jesuitas más de 15 efectivos estaban en la residencia Villa Carmen, confiscada por el régimen en agosto

Si bien no hubo ni golpes, ni gritos o empujones, los compañeros han manifestado que la violencia emocional y psicológica de verse despojados de su casa de esa forma es algo que continúan procesando. El P. Adolfo (99 años) permaneció en el carro encendido y con el aire acondicionado y, por tanto, no logró sacar nada.


Quedamos 11 jesuitas en Nicaragua y con el apoyo del P. Provincial hemos orado y discernido permanecer junto a este pueblo al que amamos y en el que hemos dejado buena parte de nuestra vida apostólica. Queremos seguir sirviéndole con humildad y acompañándole en su dolor y en su esperanza.

Todos los jesuitas estamos viviendo en la comunidad San Ignacio e imaginando distintos escenarios de lo que pueda ocurrir en los próximos días. Agradecemos, sentimos y necesitamos de las oraciones, la solidaridad y el cariño de tantísima gente, aquí en Nicaragua y de otros países hermanos. En verdad, ha sido algo que nos ha ayudado a seguir adelante en el trabajo cotidiano y a poder transmitir la esperanza en que nuestro Dios es el Señor de la historia.


Todavía se encuentran en Nicaragua 11 sacerdotes jesuitas
Todavía se encuentran en Nicaragua 11 sacerdotes jesuitas

Todos les enviamos saludos y queremos decirles que nos habita una paz profunda en medio de la tormenta que estamos atravesando. Somos conscientes de que es una gracia que el Señor nos da el poder experimentar lo que buena parte de nuestro pueblo está experimentando: la total indefensión ante el abuso del poder por parte del gobierno.


Queremos terminar pidiendo que no se olviden de orar por quienes llevan la peor parte en esta crisis nacional: los presos y presas políticas, que ya son 78 y es una lista que tristemente no deja de crecer

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