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Libertades de religión y de expresión bajo la sombra gubernamental en Nicaragua



Persecución, encarcelamiento, exilio, agresión y asedio, es parte del combo que ha recetado el Estado de Nicaragua a los líderes religiosos de la iglesia Católica y al gremio de periodistas independientes de esta nación centroamericana, situación que ha venido escalando principalmente desde el estallido de las protestas cívicas antigubernamentales en abril de 2018.


En cuanto a la situación de la persecución que está viviendo la iglesia Católica, esto resulta bastante irreal para la abogada Wendy Flores, quien es una activista de derechos humanos perteneciente al colectivo Nicaragua Nunca Más, pues es inconcebible que en un país que en su mayoría se estima es católico, esté siendo agredida y criminalizada.


“Aunque tenemos un Estado laico, también es importante que se respete la libertad de culto y de religión porque así lo establece nuestra Constitución Política, sin embargo el Estado de Nicaragua ha violentado este derecho y ha perseguido a la iglesia Católica, la ha criminalizado, pues no solamente Monseñor Rolando Álvarez está procesado, sino que hay una decena de católicos que fueron detenidos y procesados”, afirmó Flores.

Sostiene que a estos religiosos y laicos se les ha inventado cualquier serie de delitos desde “atentados contra la soberanía” hasta ciberdelitos, por lo que considera que son acusaciones sin fundamentos. Por lo que subrayó que todo esto ha sido una manipulación de la administración del sistema de justicia y del sistema legal del país porque se crearon leyes por parte de la Asamblea Nacional sandinista precisamente para llegar hasta esta etapa de represión contra las voces disidentes, y por ello se usa el sistema de justicia para castigarlos.


“De modo que ahora lo estamos viendo contra la iglesia Católica, y la consecuencia inmediata es que las personas tengan miedo de asistir a sus templos a buscar apoyo, auxilio o una forma de desahogo, además no se están permitiendo cultos, ni las procesiones que hacían algunas iglesias en fechas memorables. Realmente que este (2022) fue un año de violación a la libertad de culto y de religión”, remarcó la activista.

Igual situación ha vivido el gremio de los periodistas independiente en esta vorágine de represión gubernamental, pues la abogada califica como muy triste las consecuencias que han sufrido los profesionales de la comunicación por el simple hecho de informar la realidad del país.



“Considero que es súper doloroso para muchos periodistas, sobre todo en estos días (de navidad) que todo mundo quiere estar reunido con su familia, el hecho de haber salido de su país para salvar su libertad, porque la persecución contra los periodistas no ha cesado, se mantiene porque para el régimen de Nicaragua no hay límites”, expresó.



Asimismo lamentó que los periodistas independientes que no lograron salir del país, han sido arrestados, y que esto da cuenta de que no hay ninguna tregua para la prensa libre, y que no existe posibilidades de que en Nicaragua se siga ejerciendo la libertad de expresión, por lo que asume que las únicas posibilidades para los comunicadores es quedarse encerrados en Nicaragua o irse al exilio.

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