Un reciente informe del Colectivo Nicaragua Nunca Más reveló que la Iglesia Evangélica no ha escapado de la política de Estado represiva de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Según el organismo, el régimen a través del Ministerio del Interior está presionando a las congregaciones evangélicas a pagar multas administrativas para evitar la detención de los pastores. Durante el mes de junio 2024 al menos 20 organizaciones fueron obligadas a pagar sumas de hasta 21 mil córdobas (573 dólares).
Por otra parte se registra el exilio forzado de 21 líderes evangélicos y otros 3 que fueron desterrados de facto, luego de ser impedidos de regresar a Nicaragua.
"Adicionalmente, se denunció que las víctimas evangélicas son “víctimas silenciosas”, entre las que se encuentran personas asesinadas, detenidas, torturadas y exiliadas; todo ello en el marco de que algunas iglesias evangélicas aseguraren públicamente que en Nicaragua existe la libertad religiosa y de culto", reza el documento.
La persecución a los cristianos evangélicos también se ve reflejada en la detención de al menos 11 pastores miembros de la organización "Puertas de la Montaña" declarados culpables por el supuesto delito de "lavado de dinero" en marzo 2024.
"Nosotros hemos identificado como colectivo al menos cuatro fases de la represión y nos encontramos en una fase que está caracterizada por el destierro, por las detenciones arbitrarias y ahora se le suma, que es algo que pueden encontrar en este boletín, la desaparición forzada de personas lo cual constituye un crimen de lesa humanidad porque está dirigido a una población específica y es parte de un ataque sistemático", expuso Salvador Marenco, miembro de la ONG.
La principal victima de la persecución religiosa en Nicaragua continúa siendo la Iglesia Católica con el cierre de 3,760 organizaciones canceladas por el Ministerio del Interior. A esto se le suma el destierro y exilio forzado de 39 sacerdotes, 2 obispos, 1 diácono y 4 seminaristas.
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