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Mujeres indígenas de Nicaragua exigen respeto a sus derechos humanos



Invisibilizadas. Así se sienten las mujeres indígenas miskitas de la Costa Caribe Norte de Nicaragua. Pues este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, aseguran que por años han sufrido pobreza, machismo, falta de responsabilidad paternal y afectiva que normaliza la violencia intrafamiliar, mientras las entidades gubernamentales vuelven la vista a otro lado.


“Aquí son bastante comunes las uniones infantiles y los embarazos en la adolescencia, niñas de 12 y 13 años embarazadas de hombres mayores, incluso de señores de la tercera edad, ahorita hay un caso en mi comunidad de una niña embarazada de su abuelo. El problema principal es que en las comunidades no hay acceso a la justicia y esto les da mayor fuerza a los abusadores”, sostuvo una líder indígena de la comunidad Yahbra Tangni.


Otra comunitaria aseguró que muchas mujeres indígenas están sufriendo porque los colonos o terceros secuestraron o mataron a sus esposos e hijos por defender sus territorios. Agregó que viven en pobreza, esclavitud, violentadas y pisoteadas sin saber cuándo podrán vivir en paz y libertad, porque el gobierno manda a colonos a invadir sus territorios.


“Hay mucha tristeza en nuestros hogares, como mujeres ya no podemos trabajar nuestras tierras para mantener a nuestros hijos. Lloramos amargamente cada día por esta gran tristeza que sentimos por nuestros territorios y quien reclame es asesinado. Hay muchas niñas huérfanas, las madres sufren porque a sus hijos los golpean o los llevan a las cárceles por defender sus derechos”, lamenta.

Sostienen que la mayoría de mujeres rurales, experimentan violencia extrema, y que se sienten en abandono total, y aunque sigan denunciando nunca hay respuesta. Exigen que saquen a los colonos de sus tierras, para tener paz porque antes vivían plenamente con sus familias, apoyándose mutuamente para subsistir, pero actualmente viven en zozobra por no tener un futuro claro.


“Seguimos demandando justicia y clamamos saneamiento, cuando nuestros esposos e hijos, van a las parcelas a rebuscar algo, vivimos con miedo constante. Personalmente deseo poder vivir en paz, beber de mi Wabul, vivir sin miedo y poder alzar la voz sin temor a que me maten a mis hijos o los secuestren, o violen a mis hijas”, reclamó la comunitaria.

Ambas afirman que la pobreza implica que muchas mujeres no tengan recursos para subsistir y eso conlleva que sean dependientes de los hombres, por lo que prefieren aguantar golpes y maltratos con tal de que sus hijos no pasen hambre.


“En este día las mujeres indígenas demandamos que se nos visibilice y que también podamos tener los mismos derechos que personas de otras etnias porque es una forma de discriminación. Queremos tener acceso a la justicia y a otros beneficios como lo tienen otras zonas pequeñas del pacífico en barrios y comarcas”, demandó una de las mujeres.

De igual forma hicieron el llamado a las mujeres miskitas a salir del ciclo de la violencia y reconocer a muchas mujeres que dentro de estas comunidades, bajo este contexto siguen alzando sus voces, y que saben que en el mundo hubo mujeres que alzaron sus voces y fueron asesinadas, pero aún así, deben seguir exigiendo justicia, libertad, equidad y respeto a los derechos humanos de las mujeres indígenas miskitas de Nicaragua.

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