Nicaragua es uno de los siete países del mundo más corruptos, según el índice de Percepción de la Corrupción elaborado por Transparencia Internacional (TI). A nivel de América, Venezuela y Haití también están en los peores puestos.
Según TI, el que Nicaragua se encuentre en la posición número 172 de 180 países se debe a la impunidad generalizada y a la ausencia total de independencia del Poder Judicial, ya que esta facilita la corrupción y la influencia indebida por parte de élites políticas y económicas.
"En casos de cooptación de jueces y fiscales por parte de los políticos Nicaragua, Guatemala y El Salvador, el Poder Judicial viene a atacar a jueces y fiscales honestos. Más recientemente, en los dos últimos países, el Poder Judicial se ha utilizado para manipular procesos electorales, poniendo en riesgo la democracia y en el caso de Nicaragua se ha usado para consolidar la dictadura", expresa el informe de la organización.
Además, añaden que tanto en Nicaragua como en el resto de la región Latinoamericana, la sensación de impunidad, así como la incapacidad de jueces y fiscales para garantizar juicios justos genera la desconfianza en el Poder Judicial y desalienta las denuncias de la población afectando a grupos vulnerables como mujeres, pueblos indígenas, afrodescendientes, minorías sexuales y las personas migrantes.
El informe califica a Venezuela y Nicaragua como "dictaduras" por el agravamente del "desmantelamiento de la democracia". Según la organización en ambos países no existe ningún tipo de división de poder, reina la opacidad y las fronteras entre lo legal e ilegal son "extremadamente difusas".
En relación al 2022, Nicaragua bajó dos puestos, ya que ese año se obtuvo 19 puntos y pasó de ser el tercero al segundo más corrupto de América. Desde el 2014 el país ha descendido 11 lugares.
Otros países que preocupan son Guatemala, ya que es uno de los que más ha caído de posiciones desde 2012, principalmente debido a la construcción de una élite económica y política en el país con tres gobiernos consecutivos aliados con prácticas corruptas, sin embargo la asunción al poder de Bernardo Arévalo da esperanzas de una mejora en ese aspecto.
Chile, es otro, que a pesar de mantener una posición destacada por la fortaleza de sus instituciones democráticas y altos niveles de transparencia, también es considerado como uno de los países «a observar», al haber caído significativamente su puntuación desde 2014.
Transparencia Internacional califica a 180 países y territorios según los niveles de corrupción en el sector público y los califica de 0 que es altamente corrupto a 100 que es muy limpio.
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