A propósito que los espacios democráticos disidentes cada vez se cierran más en Nicaragua, parte de la sociedad civil nicaragüense en el exilio, expuso esta situación en la audiencia temática sobre la situación de la libertad de asociación en Nicaragua del 185 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, en donde participan 18 organizaciones que han documentado violaciones de derechos humanos y que acompañan a víctimas en condiciones profundamente hostiles y bajo riesgo permanente.
Carlos Guadamuz del colectivo de derechos humanos Nicaragua Nunca Más, denunció que el sistema judicial de Nicaragua no garantiza el cumplimiento de los derechos humanos, que más bien son instrumentos de la misma represión, y que mucho menos se están implementando mecanismos para prevenir la tortura.
En cambio, Mónica Baltodano de la extinta Popol Na, hizo un llamado a los organismos financieros internacionales a no seguir oxigenando al Estado, porque esos activos son utilizados para continuar reprimiendo a la población, y que no es posible que estos organismos sigan financiando al régimen y dándole buenas notas.
El doctor Leonel Argüello, medico exiliado, lamentó la ausencia del Estado ante los foros internacionales para rendir cuentas sobre sus graves violaciones a los derechos humanos, por eso seguirían denunciando sobre los mecanismos represivos que podrían ser replicados en otras partes de Mesoamérica.
“Analizar y actuar frente a lo que sucede en Nicaragua es crucial para comprender y frenar las tendencias autoritarias en la región. El colapso del espacio cívico en Nicaragua no solo significa el castigo y persecución de la disidencia, sino que forma parte de una estrategia activa del régimen para premiar la lealtad”, aclaró Argüello.
El Relator Especial de la ONU, Clemente Voule, comentó que ha sido testigo de la represión contra las voces disidentes, incluidos periodistas, defensores de derechos humanos, miembros de la iglesia católica, actores de la sociedad civil, entre otros y que esto es preocupante para su comisión.
“Pareciera ser que estas conductas se han constituidos por parte del Estado de Nicaragua como una estrategia de censura. A lo largo de los años de mi mandato, yo he sido testigo del desarrollo de lo que perecer ser un claro patrón de buscar cómo reprimir el espacio cívico de Nicaragua contra las voces opositoras y esto es realmente preocupante. Estas medidas podrían tener un impacto mayor que la violación a los derechos de libertad y a la asociación de reunión pacífica”, consideró el diplomático.
Margarette May, Segunda vicepresidenta de la Comisión de la CIDH, afirmó que todas las instituciones que defienden la democracia están en peligro en Nicaragua desde 2018, por lo que considera que los ciudadanos de este país tienen el derecho de vivir en democracia, y que no se les criminalice, mucho menos se les torture, ni que se les confisque sus propiedades, porque esos son actos ilegales que están fuera de cualquier instrumento internacional de derechos humanos.
“Queda claro que el Estado de Nicaragua ya no cree en ninguno de los principios y estándares de la democracia, solo en el autoritarismo. Ahí no se puede tener ningún tipo de acceso a la justicia porque no queda ningún órgano independiente. De una manera vehemente está destruyendo a gran parte de su población, está robando la vida de los nicaragüenses. Considero que el gobierno de Nicaragua no puede salirse con la suya porque estamos viendo crímenes de lesa humanidad y debe responder por esos delitos”, recalcó May.
Al finalizar este foro Haydée Castillo del Instituto de Liderazgo de las Segovias, hizo el llamado a los organismos internacionales de derechos humanos a que mantengan el monitoreo y la supervisión sobre la crisis de violaciones a derechos humanos en Nicaragua y que se puedan agilizar los trámites de medidas cautelares y garantizar su cumplimento por parte del Estado.
“Les pedimos que se provea información sistemática de este monitoreo también a las instancias multilaterales y políticas. No dejen de demandar la solicitud que hemos hecho de ingreso tanto de la CIDH, como de la oficina del Alto Comisionado al país, sobre todo pensando en la priorización de la liberación de las y los presos políticos que corren tanto peligro. Esperamos que nos sigan a acompañando, en tanto nosotros no vamos a desmayar en nuestro compromiso
Comentarios