Sacerdotes, religiosas y religiosos en calidad de anonimato, hicieron una dura crítica al Cardenal Leopoldo Brenes por su silencio ante los constantes actos represivos del Gobierno hacia la Iglesia Católica nicaragüense, el más reciente, fue la formal acusación contra Monseñor Rolando Álvarez.
En la misiva con fecha del 13 de diciembre de 2022, los firmantes invitan al Jerarca de la Iglesia Católica a reflexionar profundamente en sus acciones y lamentan la falta de solidaridad no solo hacia los obispos y sacerdotes encarcelados y exiliados, sino con todos los nicaragüenses.
"Mientras los Obispos Silvio Báez y Rolando Álvarez están pagando un alto precio por su postura profética frente a la dictadura, su silencio grita conformismo e indiferencia", cita textualmente una de las tres páginas de la carta.
Asimismo, le reprochan que a pesar de la crisis que vive Nicaragua, que empieza en lo político, él prefiera evitar "conflictos".
"Mientras cientos de miles de nicaragüenses están sufriendo el drama de la pobreza, el desempleo, una migración forzada, encarcelamientos injustos o exililio doloroso, o la pérdida de miembros queridos de sus familiares, usted hace todo lo posible por evitar conflicto con la dictadura sangrienta", señalan.
De igual manera, piden al Arzobispo de la Arquidiócesis de Managua y miembro de la Conferencia Episcopal que haga suyas la frase de "mis buenos hijos" y deje de ser "panfletario que actúa como político" y que sea el pastor que necesitan los nicaragüenses ante una de las peores crisis de derechos humanos que está atravesando el país.
"¿Hasta cuando callará? ¿Qué le impide ser un profeta tal cual lo prometió al ordenarse sacerdote y asumir su rol como pastor?", es la fuerte crítica que realiza este grupo de sacerdotes y religiosos en calidad de anonimato por la situación de asedio en la que viven.
Finalmente, expresan el respeto que tienen hacia la figura del Cardenal Brenes, pero que haciendo "eco de su misión" de anunciar y denunciar, le exhortan a reflexionar y cambiar su forma pastoral de Gobernar la Arquidiócesis de Managua.
Aquí la carta completa:
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