Inquieta en Masaya el aumento de denuncias en redes sociales de personas desaparecidas
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Inquieta en Masaya el aumento de denuncias en redes sociales de personas desaparecidas



Las denuncias de desapariciones de personas, algunas “temporales” y otras cuyo paradero sigue desconocido por años, preocupan sobre todo en municipios como Masaya, donde últimamente han aumentado.


El caso de la joven de 24 años, Gaudy Elizabeth Altamirano Castellón, quien el pasado jueves 5 de octubre salió de su casa hacia una pulpería y no regresó hasta varios días después, es uno de los más recientes. Su familia informó que tras una intensa búsqueda fue hallada y se encuentra bien. La alarma se extendió en redes sociales, hasta que se informó que la angustia había terminado. La familia no dio detalles de dónde estaba, ni sobre las causas de su repentina desaparición y regreso a casa.


Otro caso, es el del joven Luis Miguel Vanegas, de 19 años, quien aún mantiene en alerta a la población pues desde el lunes 25 de septiembre de 2023 que fue visto por última vez caminando por las calles del barrio indígena de Monimbó, no se conoce ninguna información sobre su paradero. Sus padres Brenda Guardado y José Vanegas, aún se encuentran preocupados y piden ayuda para encontrarlo.

Redes ayudan, pero…


Debido a la inseguridad que sufre la ciudad de Masaya por el incremento de asaltos y ahora con las denuncias de desapariciones de personas, una madre de familia, manifestó bajo anonimato su molestia con la forma en que se usan las redes sociales para divulgar estos casos.


Explica que se disparan “las alarmas” sobre una desaparición, la que algunas veces se resuelve rápidamente, porque la persona regresa a casa, pero la familia “no informa completamente lo que ha pasado”. Para ella, esto motiva, que cuando el caso es una desaparición grave, la gente y las mismas autoridades pierden el interés. “Se crea una histeria colectiva, pero después no se explica, no se informa. Creo que las redes sociales deben utilizarse mejor en estos casos. Hay que esperar, no se debe crear histeria”, recomendó.



En ese sentido, un experto en seguridad pública afirmó – bajo anonimato– que hay muchas “especulaciones” debido a la poca información que se llega a conocer en torno a estos casos. A su criterio, es responsabilidad de las autoridades y de la familia de las víctimas, poner en aviso a la población para evitar más tragedias en Masaya, o simplemente explicar si se trató o no de un problema entre parientes.

“Lo lógico es hacer la denuncia, darle seguimiento y posteriormente las autoridades aclarar públicamente qué es lo que se hizo y lo que pasó, porque si no se vuelve un caos y puede haber esta histeria colectiva innecesaria o necesaria para casos de verdaderas desapariciones que claro las hay”, recomendó.


Reina la desinformación


Cuando se abusa de divulgar desapariciones sin agotar un método efectivo, más que la desesperación emocional de un familiar que no sabe de su pariente por algunas horas, algunos en Masaya se han preguntado sobre la existencia de bandas de secuestradores. “¿Hay o no en Masaya?”, se pregunta un ciudadano de esta localidad.



Al respecto, el experto dice que es posible, que han existido bandas de extorsionistas, pero estos no parecen ser los casos. Recomienda a los familiares que cuando un pariente no se reporte en las horas que acostumbra, esperar antes de divulgar en redes. “Las autoridades a veces piden esperar de 24 hasta 48 horas, precisamente porque es un método. La gente debe agotar primero las llamadas a amigos, parientes y divulgar cuando el caso haya sido denunciado a la autoridad. Así se evita tanta confusión”, aconsejó.


“Cuando veo una persona desaparecida en redes sociales yo digo escapó de casa, porque repito, los responsables son las familias y las autoridades. Ellos deben aclarar. Es necesario aclararle a la sociedad para que estén tranquilos. Debemos ser responsables”, agregó.

Información clara, es mejor


Una joven del barrio San Jerónimo quien se identificó como Marcela reconoció que la familia de las personas que desaparecen temporalmente, lo denuncian en redes y después cuando regresan a casa “se encierran en no tenemos comentarios”. Eso, a su criterio, solo aporta a la incertidumbre social.

“El hecho de no brindar detalles al momento en que encuentra a una persona, la cual había sido reportada por todas las redes sociales como desaparecida, es poco empático”, critica.

“Supongamos que si a esa persona si la secuestraron y logró escapar por sus medios, pues ya los ciudadanos van a estar un poco alertas, y de paso la policía comienza a buscar a los criminales; o tal vez se puede dar que se reportó como desaparecida porque el celular le dejó de funcionar y no tuvo cómo comunicarse con sus familiares”, comentó Marcela.


Para Marcela, de esas experiencias difíciles, se pueden sacar lecciones útiles si son compartidas. “Somos madres, hijas, hermanas, claro que nadie está exento de que ocurra en tu familia, por eso es bueno entender lo que pasó”, explica la ciudadana.


Amargas experiencias con desapariciones en Masaya


Entre abril y mayo de este año, la Policía de Masaya dio seguimiento a dos casos de desaparición, una mujer y un hombre, quienes por diferentes razones no regresaron a sus hogares. Se trató de la viuda Luz Marina García López, de 43 años de edad, y Humberto José Useda Martínez, de 34.



Ambos ciudadanos habrían sido reportados como desaparecidos por sus familiares luego de cumplirse 24 horas sin conocer información sobre su paradero y tras intentar localizarlos con parientes y en centros hospitalarios. La búsqueda terminó, cuando la policía encontró a la viuda en prisión y al otro hombre sin vida.

Las autoridades reportaron el hallazgo del hombre que yacía en avanzado estado de descomposición al fondo de un cauce natural, ubicado por el sector del puente del barrio San Carlos. Mientras que en el caso de la ciudadana, la encontraron detenida en la estación de Tipitapa, en Managua, por supuestamente intentar ingresar con droga al Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como “La Modelo”.


“Cada caso debe verse con la complejidad de las causas y las consecuencias”, dice el experto. “Lo mejor es comunicarse con la familia, porque eso es lo que menos hay, comunicación. Crear confianza, ningún problema es tan grande que la familia no puede apoyar en resolverlo, para eso está la familia, que los jóvenes lo sepan para que no se equivoquen y huyan de casa innecesariamente”, aconsejó.


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