La caída de lluvias en las últimas tres semanas en varias zonas de los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia, ha renovado la esperanza a las familias del campo, ya que la mayoría, han reactivado la atrasada siembra de postrera de maíz y frijoles, afectada por la ausencia de la continuidad del invierno y que amenazan el actual ciclo agrícola.
La ausencia casi total de lluvias, se registró después que finalizó el periodo de la canícula, que es cuando dejó de llover del 15 de julio al 15 de agosto, “un veranillo” que se extendió hasta mediados del mes de septiembre, después comenzaron a caer algunas brisas y ya en este mes de octubre, se han estado presentando por la tarde y madrugadas aguaceros en gran parte de la región norte de Las Segovias.
Las lluvias le han inyectado optimismo al campesinado, que comenzó a sembrar las semillas, esperanzados en recuperar el tiempo perdido de la época de postrera. Había preocupación porque la canícula parecía extenderse y arriesgaba la postrera. “En agosto debimos comenzar todos con la limpieza y arado, pero lo hicimos un poco después por la falta de lluvias”, dijo un productor consultado.
Más optimismo
La cosecha de postrera es la segunda etapa de siembra, después de la primera que tradicionalmente inicia el 15 de mayo y concluye a inicios de septiembre. La postrera debería haber arrancado a mediados de septiembre y concluir con la sacada de la cosecha a inicios de diciembre. La mayoría del campesinado, admite que ha pasado de la frustración a la esperanza con las últimas lluvias.
“De continuar lloviendo en lo que resta del año, lograremos sacar algo de la siembra de postrera que está atrasada, ya que si no, nos va a ir muy mal en el campo y también a los consumidores que terminarán comprando más cara la comida. Todavía está saliendo maíz y frijol nuevo y eso ha evitado que esos granos se pongan más caros”, explicó don Luis Felipe Moreno Rodríguez, productor del municipio de Telpaneca, Madriz.
Los precios del quintal de maíz nuevo, ha bajado considerablemente de mil 250 córdobas a 850 en algunas zonas, mientras que el quintal del frijol rojo nuevo, pasó de costar 3 mil 800 a 2 mil 800 córdobas.
“Nosotros ya vendimos toda la cosecha pasada (de la primera) de maíz y frijol, y solo habíamos dejado la semilla para esta siembra de postrera. Si no llovía dábamos por perdido los cultivos de estos productos, pero llovió y estamos todos contentos, porque ni habrá pérdidas y ni escasez que aumenten el precio”, dijo por su lado don Héctor Machado López, productor del municipio de Jalapa, Nueva Segovia.
La siembra de primera de este ciclo productivo 2023-2024 dejó buenos resultados en la sacada de la cosecha de granos de maíz y frijoles rojos. La siembra de postrera significa para las familias del campo una oportunidad económica para fin de año, que es cuando se generan en los hogares nicaragüenses un gasto mayor por la celebración de las purísimas, navidad y fin de año. “Creemos que nos va ir bien”, agrega el productor esteliano, Ariel de Jesús Fuentes Martínez, que siembra los granos en su parcela de La Trinidad.
Menos productores en este ciclo
Fuentes del Ministerio de Agricultura (MAG) en la región de Las Segovias,
señalan que en esta siembra de postrera el número de productores campesinos que estarían cultivando sus tierras será menor que en la siembra de primera.
Mencionan por ejemplo, que en aquellas áreas tradicionales de cultivo de los municipios de San José de Cusmapa, Las Sabanas, San Lucas, Somoto, Totogalpa, Yalagüina, Palacagüina y Telpaneca, en el departamento de Madriz solo un 55%, de las 16 mil familias campesinas registradas por esa institución, estarían en capacidad de cultivar maíz y frijol rojo.
Mientras que, en los municipios de Jalapa, Ciudad Antigua, San Fernando, Dipilto, Jícaro, Murra, Quilalí, Santa María y Mozonte, zonas del departamento de Nueva Segovia, un 57%, de los 11 mil pequeños y medianos productores del campo sembraron para este ciclo de postrera.
En los municipios de La Trinidad, San Nicolás, Pueblo Nuevo, Estelí, Condega y San Juan del Limay, un 77% de los más de 7 mil 500 familias del campo que cultivan sus tierras en esas localidades del departamento de Estelí, apuestan por la postrera.
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