Daniel Ortega y el FSLN vinculados con el cartel de Medellín en los 80, según Carlos Lehder
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Daniel Ortega y el FSLN vinculados con el cartel de Medellín en los 80, según Carlos Lehder



 

Tomado de la revista Semana

 

Los ríos de dinero y poder que acumularon los capos colombianos en los años ochenta no habrían sido posibles sin la complicidad de Gobiernos de la región.


Carlos Lehder no fue la excepción, incluso fue pionero en aliarse con el Gobierno de Bahamas, donde se convirtió en el dueño y señor del negocio criminal. Lo mismo ocurrió con otros narcos en Cuba, con la dictadura de Fidel Castro; en Panamá, con complicidad del general Manuel Antonio Noriega, y en Nicaragua, con el vigente presidente Daniel Ortega.

 

Lehder fue testigo de cómo estos Gobiernos se sentaron en la mesa con narcotraficantes y recibieron millones de dólares que producía la cocaína. Lehder era un adelantado entre los llamados “extraditables”, educado, bilingüe, conocía el mundo y rápidamente se dio cuenta de que el camino para llevar coca a Estados Unidos era la diplomacia de la droga, puso sus ojos en la recién independizada isla de Bahamas.

 

Con solo 24 años, pero siendo un curtido criminal con visa a Estados Unidos, Lehder y su socio George Jung no lograban satisfacer la creciente demanda de cocaína. En ese momento, por accidente, terminó descubriendo Bahamas para establecer su centro de operaciones. Así se dio cuando reclutaron al abogado de narcos Barry Kane, quien además era piloto. Su primer encuentro por solicitud de Kane fue en la isla. Lehder, de inmediato, descubrió que quedaba a solo 170 kilómetros de Miami.



Tomás Borge (a la izquierda) señalado directamente por Carlos Lehder en su libro
Tomás Borge (a la izquierda) señalado directamente por Carlos Lehder en su libro

 

Sandinistas ofrecían refugio a narcos

 

Años más adelante, cuando la persecución contra los capos del narcotráfico no daba tregua, los extraditables buscaron refugio en Panamá, donde el general Manuel Antonio Noriega los protegía y era su socio. Sin embargo, Lehder, sagaz y acostumbrado a caminar solo esquivando traiciones, decidió tomar como refugio Nicaragua.


“Para mí, ese barco (Panamá) estaba demasiado lleno y opté por aceptar el refugio que me ofreció el ministro Tomás Borge, de Nicaragua”, cuenta en el libro.

 

Lehder, además, tenía información reservada que le hacía pensar que los narcos colombianos alojados en Panamá podían ser traicionados. Un amigo, Roberto Vesco, le contó que “Noriega estaba entregando armamento norteamericano y británico a las fuerzas de la Contra (Nicaragua), en sus campamentos situados en territorio hondureño. Y al mismo tiempo que recibía a los narcos colombianos, Noriega colaboraba con las agencias de inteligencia estadounidenses”.

 

A cambio de dólares, Lehder tuvo trato de rey, o, mejor, de diplomático, como él mismo refiere. “Me asignaron como vivienda una amplia casa de protocolo diplomático, a la cual lo único que llevé fue mi fusil G3 y demás armamento personal, un morral cargado de dólares, mi potente radio de comunicaciones HF Global y mi radio Zenith, que usaba en el día para escuchar música, y por la noche para monitorear las emisoras de Colombia y La Voz de Alemania (Deutsche Welle)”.

 

Sandinistas ofrecian trato VIP

 


Pablo Escobar en el aeropuerto los brasiles, Nicaragua, traficando con cocaína
Pablo Escobar en el aeropuerto los brasiles, Nicaragua, traficando con cocaína


En Nicaragua apenas se había instalado la guerrilla sandinista en cabeza de Daniel Ortega, hoy convertida en dictadura. En su primera visita lo recibió el entonces secretario de Interior, Federico Vaughan, quien se convertiría en su anfitrión y con quien también empezó a hacer acuerdos para el tráfico de drogas, nuevamente con la venia de Ortega.

 

“Vaughan fue muy claro en que el régimen sandinista estaba dispuesto a permitirle al cartel la utilización de unas pistas de aterrizaje del Gobierno para transportar cocaína suramericana hacia México, a cambio de varios millones de dólares en efectivo”. El poder corruptor del narco ponía a su servicio al Gobierno de Nicaragua.

 

Lehder la tenía clara, sabía lo que se les venía a los extraditables en Panamá, la traición les cayó encima y se fueron para Nicaragua, donde el Gobierno de Ortega no solo los cuidaba, sino que les daba el mejor trato.

 

El exnarco se reunió con sus socios. “Un par de días después, encaravanado con Federico y otros oficiales, me condujeron hasta la mansión donde estaba alojado Pablo Escobar en compañía de su discreta esposa, María Victoria Henao, sus dos hijos –Manuela estaba recién nacida– y su primo, Gustavo Gaviria. También estaban el Mexicano y su hermano, así como algunas mujeres y niños que no reconocí. Pablo, en bermudas y camisa abierta, me recibió sonriente y, después de saludar, me soltó la noticia: el general Noriega me traicionó, me iba a entregar a los gringos”.


Escobar, ya teniendo como refugio Nicaragua, le contó cómo lograron escapar.

 

“Quien le había advertido del riesgo que corría era el coronel Luis del Cid, el mismo que siempre lo visitaba en Medellín. ‘Huimos todos para el Aeropuerto de Paitilla, donde el Mexicano tenía el avión nuevo, grande; nos subimos todos y aquí llegamos. Nos salvamos por un pelo’, me contó”. Así, el pleno de los extraditables obtuvo refugio VIP en Nicaragua.

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