Pésima racha para pescadores de Rivas: zarpes suspendidos y “mala paga” de intermediarios
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Pésima racha para pescadores de Rivas: zarpes suspendidos y “mala paga” de intermediarios


Pese a las restricciones emitidas por la Fuerza Naval de Nicaragua y el Ejército, algunos pescadores continúan con los zarpes, porque para ellos, es un asunto de sobrevivencia.
Pese a las restricciones emitidas por la Fuerza Naval de Nicaragua y el Ejército, algunos pescadores continúan con los zarpes, porque para ellos, es un asunto de sobrevivencia.

Saben que arriesgan sus vidas, pero tienen una coartada difícil de rebatir: “tienen hambre”. Transportistas que viajan de la Isla de Ometepe a San Jorge, en Rivas y pescadores de la zona, desobedecen las órdenes oficiales de no zarpar por mal tiempo porque aseguran, la necesidad es mayor.


Por estos días de finales de enero y mediados de febrero, los vientos son un peligro para navegar. Ellos aseguran en este reporte, que no es una rebeldía sin justificación. “Ya sabemos del riesgo, pero en casa hay niños que alimentar, no podemos sentarnos a esperar. Asumimos el peligro, sabemos que es nuestra responsabilidad y de nadie más”, se defiende un pescador de la zona.


El pescador añade que tiene la esperanza de que las autoridades de la Fuerza Naval que regulan los zarpes en el país, lo entiendan. “También es bueno que no olviden que estamos acostumbrados a este tipo de oleajes que comúnmente surgen entre los meses de enero y febrero, porque hemos vivido de esto toda la vida; nuestros padres y nuestros abuelos”, explica.



“Sabemos –agrega un capitán de transporte acuático–  que año con año en el país se presenta esa situación por las altas presiones atmosféricas y aunque puede ser peligroso realizar los viajes, nosotros lo hacemos porque la población lo demanda y pues hay necesidad. Ya conocemos el comportamiento del lago y lo hacemos bajo nuestra responsabilidad, advertidos por las autoridades competentes”, dijo.

La pesca, la vida en Ostional


La comunidad Ostional, del municipio de San Juan del Sur en Rivas, es un paraíso natural, que cuenta con atractivas playas. La vista de aquel lugar, difiere abismalmente de las dificultades que enfrentan sus habitantes, que dependen casi de forma exclusiva de las labores de pesca.


Los fuertes vientos en las últimas tres semanas, han causado grandes oleajes que ha obligado a los pescadores a mantener sus botes anclados en la orilla. “Han sido días difíciles, la verdad”, dice un artesano de esta actividad que asegura que igual que él y su familia, “la han pasado mal por esa razón”.



Según sus pobladores, desde que tienen memoria, la actividad principal aquí es la  pesca artesanal, el buceo artesanal, la agricultura, la ganadería y el ecoturismo. Aunque la zona es promovida para el turismo, los lugareños viven con modestia y   en el caserío, es notable la falta de cosas que la distancian de la vida “sin apuros” que promueven quienes anuncian el lugar para pasar unas vacaciones de  ensueño.


Turismo, “herido de muerte”


En esta localidad, hay personas que recuerdan las calles de esta comunidad llenas de extranjeros y turistas locales que mantenían la zona económicamente activa. “Antes, el turismo daba mucho trabajo en estas playas, pero ahora ha bajado. Todo se mueve más hacia San Juan del Sur, explica un local que vive en la zona céntrica de Ostional.


Los comunitarios contaron para este reporte que la comunidad era otra antes del 2018, año en el que estalló una crisis social y política que el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo no ha logrado solucionar a la fecha y que en vez de eso, empeoraron, al promover muerte y violencia en todo el país utilizando grupos armados ilegales que dejaron 355 muertes, según los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.



“Como dejó de venir gente después de todo eso que pasó, varios restaurantes y otros negocios cerraron”, dice el comunitario. “Primero fueron cierres parciales, pero luego fue de forma definitiva y a la fecha, nunca abrieron más, primero la crisis política y después los remató la pandemia. Fue un desastre para la comunidad porque muchos trabajamos en el sector turismo”, contó el poblador.

Los costos de la pesca


Un pescador de San Juan del Sur dice que de contar con los recursos necesarios,  habría dejado hace tiempo las labores de pesca y se dedicaría al comercio intermediario “que deja mejores ganancias, sin arriesgar la vida”.


Explicó que a los intermediarios, no les interesa cuántos a ellos les cueste conseguir el producto, lo pagan bajo y punto. Puso como ejemplo el costo de la libra de pez dorado. “Algunos intermediarios ofrecen 20 córdobas la libra, otros a duras penas 35 córdobas la libra, a veces ni la mitad de lo que en verdad debería costar.  El que sufre es el pescador, creo que es mejor comprar y vender en vez de estar con una panga”, se lamentó el pescador.


“En una panga gastas al día alrededor de 14,000 a 15,000 pesos. Como mínimo ocupás 50 galones de combustible, la carnada un aproximado de 1,200 pesos, el marinero le gana el 70% de la pesca en una buena faena.  La embarcación logra recaudar unos 20 mil pesos en productos, de ellos 15,000 son para cubrir costos y lo demás, para el pago del personal”, explica el pescador.



Para que nos vaya regular hay que ir a más distancia, entonces bien, uno se gasta unos 30,000 córdobas, porque hay que darle la comida al personal también.   Supongamos se logra unos 50 mil productos de pesca, pero si te va mal llegás a la mitad, unas 25 mil unidades, entonces solo queda el pago de combustible, de personal y su comida, no hay ganancias, más bien pérdidas”, comenta el artesano que no se esfuerza por ocultar su frustración.

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