El drama de las familias de migrantes nicaragüenses que han sido secuestrados en México tras su tránsito en ese país en busca del sueño americano en las últimas semanas ha sido una constante. Los nicas que se aventuran a atravesar el territorio mexicano durante su travesía hacia Estados Unidos evaden el control de las autoridades, para evitar ser procesados o deportados, sin embargo, lamentablemente se enfrenta a una pesadilla: el secuestro por parte de bandas criminales.
En esta semana otra familia de migrantes sufre por el secuestro de dos los hermanos Kevin y Kenny Vega Velásquez, oriundos de la comunidad Los Marqueses, de San Marcos, Carazo, por quienes sus captores, exigen 20 mil dólares para dejarlos en libertad y salvarles la vida, debido a que los secuestradores amenazan a la familia de mutilar o matar a sus hijos si no entregan el dinero.
En la actualidad, las denuncias en redes se han vuelto más comunes y a pesar de que el Instituto Nacional de Migración (INM) de México durante la primera semana de diciembre realizó al menos dos rescates de migrantes que se encontraban secuestrados, no todos corren con la misma suerte de ser rescatados por las autoridades mexicanas.
El pasado 9 de diciembre, el INM rescató a 152 migrantes en Acajete, Puebla, de los cuales 19 originarios de Nicaragua, que eran transportados “en un camión tipo Torton con rótulos de empresas de alimentos”, según un comunicado oficial del INM.
Ante secuestros masivos en tres ciudades mexicanas
Por lo anterior, expertos en temas migratorios comparten recomendaciones y alertas que las familias deben tomar en cuenta si tienen parientes secuestrados en México. Los expertos coinciden en advertir que lo que se ha visto desde mediados de noviembre a la fecha son “secuestros masivos” y que los lugares donde se están dando más son Oaxaca, Ciudad Juárez y Veracruz.
Un directivo de la organización Texas Nicaraguan Community compartió que la Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos de México recibió el reporte de 38 migrantes nicaragüenses secuestrados, sin embargo, precisa que existe un subregistro de familias que prefieren pagar el secuestro y no denunciarlo “por miedo, debido a que la intimidación es muy fuerte, por ende, hay casos que ni siquiera se atreven a reportarlo”.
Por su parte, la organización Nicaraguan American Human Rights Alliance (NAHRA) contabiliza a partir de marzo a noviembre de este año, un total de 114 migrantes nicaragüenses que fueron reportados como desaparecidos, secuestrados y fallecidos. Maneja que, del total, 82 personas fallecieron, 14 fueron secuestrados y 18 continúan desaparecidos.
Actualmente la oleada de migrantes nicaragüenses que huyen del desempleo, la pobreza y la represión estatal ha alcanzado niveles sin precedentes y los datos lo demuestran. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés), reporta que solo en octubre de este año detuvieron a 20,938 nicaragüenses, una cifra que no se alcanzó en ningún mes del año fiscal 2022.
¿Qué y cómo deben actuar las familias?
La migración de nicaragüenses hacia el norte no cesa, por lo que, los expertos consideran importante tomar recomendaciones en caso de secuestros. La abogada supervisora de NAHRA, Astrid Montealegre, asegura que lo primero que se debe hacer es, si no son perseguidos por el régimen de Daniel Ortega, comunicarse con las autoridades nicaragüenses a través del Ministerio de Gobernación o Consulado local.
Posterior, los familiares deben llenar la ficha de Desaparecido ante la Comisión Nacional de Búsqueda en el enlace: https://cnbreportadesaparecidos.segob.gob.mx/Pages/TerminosyCondiciones.aspx donde deberán introducir los datos personales de quien reportará como desaparecido, tal como nombres y apellidos, sexo, nacionalidad, lugar y fecha de nacimiento, edad, escolaridad.
Montealegre insiste en que es importante anotar el número de “Referencia de Búsqueda” que se brindará una vez lleno el formulario. La Comisión de Búsqueda deberá, entre 24-48 horas, ponerse en contacto con la familia para dar seguimiento del caso.
Como último paso, Montealegre recomienda abocarse a la Fiscalía Estatal de donde desapareció el familiar y poner la denuncia. Insiste en asegurar que “siempre deben denunciar con las autoridades y entender que pagar la extorsión no necesariamente será una solución”.
Por su parte, Ronmell López, experto en Leyes Migratorias, radicado en Los Ángeles, California, recomienda que también pueden abocarse a los números telefónicos de organismos de derechos humanos, como la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), quienes dan apoyo como inmigrante y su legalización también para transitar un poco más seguridad en el territorio mexicano.
Pueden llamar, dice, al número de Acnur +41 22 92 89 855. Ahí tomarán los datos de la persona desaparecida, para posterior revisar si están presos y en un determinado tiempo darlos como secuestrados. “En este tiempo los derechos humanos estarán en contacto por teléfono con los familiares para darle seguimiento hasta localizar a la persona”, agrega López.
Cuidado con páginas que extorsionan
La organización Texas Nicaraguan Community alertó que en los últimos meses han logrado identificar que existen páginas en redes sociales vinculadas con bandas delincuenciales que se aprovechan de “la inocencia y vulnerabilidad de las personas” para extorsionarlas o estafarlas, debido a que las familias entran en desesperación.
“La familia lo primero que hacen es que lo publican en las redes sociales como Facebook, colocan una foto, la leyenda de desaparecido y hasta el número de teléfono a quién contactar, eso es lo peor que pueden hacer”, advierte el directivo de Texas Nicaraguan Community.
Por lo anterior, dicen que no es conveniente colocar la fotografía, leyenda e incluso número telefónico de contacto, puesto que las bandas lo utilizan y publican como que realizaron el “rescate”, sin embargo no es así.
Añade que lo que la familia en medio de la desesperación hace es llamar al número que publican las bandas delincuenciales. “Llamás a ese número o escribís, y entonces aparece el logo de una institución del gobierno. En algunas veces aparece INM, otras veces Grupo Beta, fiscalía general de la República, ese logo lo ponen para crear confianza y hacerse pasar por gente del gobierno, entonces la gente se va de boca y manda la información, fotos y etc., posterior te contacta otro número, con fotografías de gente con ametralladoras, en posiciones de agresividad, te contactan y comienzan a extorsionar a las familias”, describió López.
La extorsión a la familia comienza, cuando “(los delincuentes) mandan la misma fotografía que facilitó la familia, la editan y colocan el rostro en una persona arrodillada y con una pistola en la cabeza. Y te siguen llamando de manera agresiva, amenazándote y en cuestión de 48 horas están siendo estafadas, cayeron en estafas”, puntualiza.
Ante este escenario, recalca que es fundamental denunciar las desapariciones de sus familiares con las autoridades correspondientes.
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