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Cardenal Brenes tilda de "ausencia" detenciones arbitrarias de sus sacerdotes


El Cardenal evitó calificar como "detenciones" las acciones del régimen contra sacerdotes de la Arquidiócesis
El Cardenal evitó calificar como "detenciones" las acciones del régimen contra sacerdotes de la Arquidiócesis

Después de varios días de silencio, el Cardenal Leopoldo Brenes finalmente se pronunció sobre la redada organizada por el régimen Ortega-Murillo contra sus hermanos sacerdotes de las diferentes Diócesis del país.


En la misa dominical celebrada en Catedral de Managua, el Jerarca de la iglesia católica nicaragüense pidió al padre Said Ruiz, rector del templo que leyera el breve mensaje escrito donde calificó como "ausencia" los arrestos arbitrarios de los religiosos.

"A las familias y comunidades que en este momento sienten la ausencia de sus sacerdotes o viven otra clase de penas, quiero manifestarles mi cercanía, es el momento de buscar juntos en la oración el consuelo de Dios y en la unidad eclesial nuestra fortaleza", reza parte del mensaje del Cardenal.


El Arzobispo de la Arquidiócesis de Managua, también pidió "paciencia" y que la luz de Jesús ayude a "encontrar caminos de concordia y fraternidad". Además, expresó a la feligresía que siga unidad en la oración.


El Cardenal Brenes se ha caracterizado por guardar silencio ante la embestida represiva del régimen contra la iglesia nicaragüense y cuando es consultado por medios independientes ha manifestado desconocer las situaciones de asedio en templos católicos.

La mayoría de los sacerdotes secuestrados entre el miércoles 26 y el sábado 30 de diciembre pertenecen a la Arquidiócesis de Managua y varios de ellos son colaboradores cercanos al Cardenal por sus cargos de Vicario General, Vicario de la Familia y de Canciller.



En tanto, el sábado a través de sus redes sociales, Monseñor Silvio Báez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua emitió un oportuno y contundente mensaje en el que condena las detenciones de los sacerdotes y seminaristas que se encuentran en calidad de "desaparecidos" ya que se desconoce su paradero.


"Este odio de la dictadura sandinista hacia la iglesia es un reflejo de su miedo ante la fuerza libertadora del evangelio, la luz de la verdad de Jesús y el poder de la oración. Los tiranos son conscientes de que el pueblo nicaragüense ama a su iglesia y a sus pastores y les aterra la existencia de un pueblo consciente y movilizado por la fe cristiana porque es un pueblo libre, crítico y sujeto a su propia historia", expresó desde el exilio Monseñor Báez.

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