Por segundo año consecutivo Jesús Nazareno no saldrá de los templos católicos para realizar el viacrucis por las calles de los barrios, colonias y residenciales en Nicaragua, esto debido a una prohibición policial que a pesar de no ser confirmada por las máximas autoridades de la iglesia es de conocimiento general por la feligresía.
A través de las redes sociales y en las Eucaristías los sacerdotes de las diversas parroquias y capillas de la Arquidiócesis de Managua han informado a sus feligreses que el tradicional viacrucis será dentro del templo o en los alrededores.
El padre Said Ruiz, rector de la Catedral de Managua informó desde el domingo 11 de febrero que el rezo del viacrucis será en los predios todos los viernes de Cuaresma a las 4 de la tarde.
De igual forma, la Parroquia Santo Domingo en las Sierritas de Managua, a cargo del padre Boanerges Carballo realizó el primer viacrucis a las 6 de la mañana en los alrededores e invitó para el segundo a las 4 de la tarde.
La parroquia Nuestra Señora de Candelaria, donde se encontraba el padre Mykel Monterrey, uno de los 19 religiosos desterrados a Roma, recordó a sus feligreses que todas las actividades de Cuaresma y Semana Santa se harán dentro del templo.
El mensaje se repite en cada una de las parroquias que cuentan con redes sociales o bien la información es divulgada en las misas por los sacerdotes.
El Cardenal Leopoldo Brenes y otros miembros de la Conferencia Episcopal han evitado referirse a estas prohibiciones que desde el 2023 han evitado toda muestra de piedad popular en las calles, a excepción de la Diócesis de León, liderada por Monseñor René Sándigo, señalado como afín al régimen Ortegal-Murillo, donde si hubo procesiones multitudinarias.
En 2023, el vicario de Pastoral Boanerges Carballo dijo a Fuentes Confiables que la prohibición de las procesiones "era al parecer una orientación generalizada, pero depende de las circunstancias y la posibilidad de comunicación con las autoridades públicas el que se logre hacer más o menos con cierta creatividad".
Desde el inicio de la crisis sociopolítica en Nicaragua en 2018, el régimen de Daniel Ortega atacó a la iglesia católica por su participación en el diálogo nacional y por auxiliar a los jóvenes en los templos. La represión incrementó a tal punto que decenas de religiosos han sido desterrados del país, después de haber sido encarcelados por varios meses.