El más reciente informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reveló que la censura y la represión alcanzaron niveles alarmantes en Nicaragua, ya que cualquier periodista independiente que se atreva a informar sobre asuntos de interés general corre el riesgo de ser apresado y condenado.
La RELE destaca el caso del periodista Víctor Ticay, que el pasado 6 de abril cumplió un año de detención y cumple una condena por delitos como propagación de noticias falsas y conspiración para cometer menoscabo. El único error del comunicador fue transmitir una actividad religiosa en su página de Facebook.
"Los distintos mecanismos de control y censura desplegados por el Gobierno en la ciudadanía han contribuido al cierre del espacio cívico y democrático en Nicaragua y han socavado las condiciones básicas para el ejercicio de la libertad de expresión.
La censura ha permeado profundamente en la sociedad, y ha generado que las y los ciudadanos eviten expresarse abiertamente sobre temas relacionados con el Gobierno", expresa el documento presentado este viernes en el contexto del día mundial de la libertad de expresión.
Periodismo es de alto riesgo en Nicaragua
La relatoría de la CIDH, en su quinto informe expresa con extrema preocupación que el periodismo constituye actualmente una profesión de alto riesgo debido al incremento de la represión de las autoridades contra la prensa independiente, sobre todo contra aquellos que exponen las violaciones de derechos humanos y los abusos de poder que ha cometido el régimen de Daniel Ortega desde 2018.
"La represión contra la prensa independiente ha continuado manifestándose a través de diversas prácticas especialmente a través de la aplicación arbitraria y desproporcionada de la ley penal", señalan.
Periodistas detenidos y desterrados en 2023
En 2023, el régimen llevó a cabo una serie de arrestos contra periodistas, especialmente de los departamentos, que derivó en la detención de Hazel Zamora de Bluefields, William Aragón de Somoto y Oscar Vallecillo de Managua.
Ese mismo año dieron seguimiento a los casos de asedio contra Kalúa Salazar, jefa de prensa de radio La Costeñísima y de Yahaciela Barrera, periodista de radio La Costeñísima. Ambas eran hostigadas por agentes policiales, además de ser agredidas en redes sociales con mensajes por parte de simpatizantes del régimen.
Además de estos casos de detenciones y hostigamiento, también se reportó el destierro del periodista Marcos Medina junto a su familia, quienes al intentar retornar a Nicaragua fueron informados por la línea aérea que la Dirección de Migración y Extranjería había negado su ingreso al país.
Zonas de silencio en Nicaragua
La relatoría también señala que dada la situación y la falta de garantías para ejercer el periodismo en Nicaragua, ha forzado a decenas de periodistas a abandonar la profesión, principalmente quienes se encuentran en el país.
Un informe del Movimiento Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN) identificó que casi un 40% de hombres y mujeres de prensa independientes han dejado de ejercer y los que continúan laborando lo hacen en la clandestinidad.
"Frente a esta situación, la Relatoría ve con preocupación el surgimiento de zonas de silencio en Nicaragua, en donde existe una limitada o nula cobertura de medios de comunicación y fuentes de información independientes. La expansión de estas zonas no solo impacta severamente el derecho de la sociedad de estar informada sobre acontecimientos de interés público, sino que además costituye un obstáculo para la transparencia, la rendición de cuentas del gobierno y el control de la corrupción", explican.
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