Poco o nada se sabe sobre el estado de salud y psicológico de los doce sacerdotes nicaragüenses que fueron excarcelados y desterrados a Roma por el régimen de Daniel Ortega el pasado 19 de octubre, tras una supuesta negociación con la Santa Sede y la Iglesia de Nicaragua.
De acuerdo al medio digital Alfa y Omega, ni los Dicasterios, Secretaría de Estado, Cáritas ni la Vicaría de Roma tienen conocimiento o pueden revelar nada sobre los curas.
"Aún están aterrizando psicológicamente", es lo único que reveló un funcionario del Vaticano bajo anonimato al medio religioso
En tanto, la abogada y autora de la investigación Nicaragua, ¿Una iglesia perseguida?, Martha Patricia Molina, expresó al medio, que no descarta que los 12 sacerdotes hayan sido víctimas de maltrato y por lo tanto les tome un tiempo recuperarse de las secuelas.
"Estar preso en las cárceles de mí país no es fácil, allí se practican más de 40 mecanismos de tortura, tratos inhumanos y degradantes", dijo Molina.
La investigadora se basa en relatos de los sacerdotes que fueron desterrados el 9 de febrero hacia Estados Unidos junto al resto de presos políticos. Los religiosos revelaron que durante el traslado de la Curia de Matagalpa a Managua, fueron metidos en un furgón, en ropa interior, con las manos puestas en la cabeza y arrodillados.
Molina cree probable que los 12 párrocos se hayan librado de torturas más crueles, como el arrancar las uñas, pero asegura que estos pudieron ser víctimas de otras prácticas como el dejarlos sin comer o darles comida podrida para que estén mal del estómago.
En cuanto a las negociaciones, a pesar que el régimen asegura que la excarcelación se dio gracias a las "conversaciones fructíferas" con la Iglesia, un comunicado de la Santa Sede desmentiría esa versión, ya que expresa que recibieron a los sacerdotes a "petición del Gobierno".
Por su parte, el Cardenal Leopoldo Brenes, dijo que desconocía cualquier tipo de acuerdo entre ambas partes y que solo supo hasta que ya estaban siendo trasladados los religiosos.